Tanto tiempo sin escribir, hace que las ideas se amontonen, haciendo imposible seguir un hilo coherente en mis palabras. Pensamientos mezclados, se agolpan y no saben salir como lo habrían hecho antes. Demasiadas cosas que decir, para un papel tan blanco... Solo hay una forma de recuperarlo ¿Y que mejor momento que este?
En estas fechas en las que todo el mundo parece disfrutar sin un motivo aparente, no hago mas que preguntarme que es lo que la gente celebra. En una sociedad laica como es la que vivimos, todo el mundo se olvida del origen de las fiestas, y habla de espíritu navideño, de la misma forma que hablan de él en las películas de Disney. A los niños se les pretende emborrachar de ese espíritu, sin demasiado éxito, ya que a fin de cuentas, lo único en lo que piensan son en sus regalos. Los mayores disfrutan de las vacaciones o días libres, intentando dejar lo mas lejos posible todas las preocupaciones que les atormentan el resto del año. Mucha gente, dice que el motivo de alegría de las fiestas, es el de reunirse con toda la familia, al menos una vez al año. A mi modo de ver, exceptuando algún que otro caso, las personas que nos importan las vemos más de una vez al año, lo que fomenta un grado de cinismo insoportable, en las grandes y caras comidas de navidad.
La navidad hoy por hoy, es, ni más ni menos, lo que los grandes almacenes quieren que sea: un momento del año, donde la gente está embriagada de buenas intenciones, sin motivo alguno, y envueltos en esto, se dejan llevar por un afán consumista que todos nosotros fomentamos.
¿Que coño es el espíritu navideño?
sábado, 27 de diciembre de 2008
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