lunes, 19 de diciembre de 2011

Ansiedad...

Solo hay mal estar
y frió.
Mucho frió.

Angustia.
Tiemblo y me ahogo.
Mil mundos
oprimen mi pecho.

Una exhalación
precede al silencio.
Un mar que devora al llanto.

sábado, 10 de diciembre de 2011

El otro... (Diálogos II)

 Hace mucho que no me sacas. Solo cuando paseamos aparezco. Siempre en la soledad, cuando te retraes en tus pensamientos. Cuando me vuelves a dar voz, y hago que tu cabeza gire, y lo vea todo, como en el fondo sabes que es. Jodidamente real. Tan real que parece de mentira. La carne se vuelve goma. Si. Sabes que mi mundo es más interesante que ese en el que te mueves, cuando juegas a hacerte el mayor. Haciendo casitas y socializando con el resto, como la gente normal.

Te amenizo los días. Se que muchas veces querrías escribir las conversaciones que tenemos. Porque en el fondo, soy yo lo único que llena de carácter tu vida. Sin mi serías como ellos, y eso te horroriza. Aún y con todo mis mejores momentos sigues sin poder atraparlos. Son furtivos. Esquivos de tu agenda. Basta con ver un papel en blanco para que los frustres. Son los momentos que le dan sentido a tus días y pese a todo te cuesta encontrarles tiempo. Estúpida ironía. ¿Porque tienes que regirte por sus mismos parámetros? Rígete por los míos. ¿De que tienes miedo? ¿De que pierdas el camino del triunfo? Yo te llevaré a en busca de la eternidad ¿Que tiene de orgullo el hacer algo para la aprobación de los demás? Que estupidez. Te contradices. Si, yo también. pero yo me lo puedo permitir. Soy una mínima parte de ti. Tu sigues siendo la mayoría. Por desgracia sigues teniendo el control del tiempo. Puedo aparecer de improvisto, hacer esfuerzos y chillar, pero está en tu mano el volverme a tapar, como el que tiene un hijo tonto, y se avergüenza ante los vecinos.

Si. Me tienes que cuidar más. Como casi todo en esta vida, cuanto más empeño me dediques, más altos serán mis pensamientos. No te preocupes por que se me vaya a acabar la mecha. En tu humanización está mi primera critica. Regálame algo de ese tiempo que tanto te gusta malgastar en gilipolleces. Dame alas, y te sacaré de esa vida que tanto te apesta. Seremos grandes, a nuestros ojos.¿ Que más da los de el resto?

 Sé que te asusta la vida de triunfador. Sé que sabes la trampa. Lo que esconde. Esconde vacío. Es una vida prestada. El verdadero triunfador es el que no tiene que demostrar nada a nadie. Tu a veces eres así. Pero a veces se te olvida. La rutina te consume, y te aleja de mi. Buscas una vida en la que yo tenga las riendas, y aún así me limitas. No lo hagas. No tengas miedo. Allá donde nos lleve será un sitio donde seremos íntegros. Auténticos.

Si. Todo lo que te digo te llega. Es casi nuestro, pero al final del día te limitas. Me escondes, en lo más oscuro de tu persona. Quizás por eso sea el "yo" más puro

Como bien dices normalmente me importa poco como sea, a ojos de los demás, pero te equivocas. No es un concepto temporal. No es, ahora si o ahora no. Depende de que ojos. Siempre tengo unos ojos en la nuca. No son muchos, pero me miran siempre. La libertad está muy bien. Pero sin respeto por algo no seriamos nada, ni tu ni yo. Yo respeto a personas. Tu, como buena parte de mi, eres abstracto y no rindes cuentas a nada más que a valores. Eso está muy bien. Me gusta. Por eso eres una parte de mi. Pero a veces hay que saber donde estamos. 

Desgraciado. Estás en China. Perdido de la mano de Dios. Sabes donde estás. En el rincón más lejano, donde tus miedos nos han traído. Has escapado de la vida fácil para evitar que los días se aconteciesen sin apenas notarlo. Y aquí estás. Aquí hemos caído. En un mundo nuevo, hostil y agresivo, y pese a todo ya estás sumergido otra vez en la rutina que nos separa. Déjame coger las riendas. Déjame hacernos grandes.

Leyéndote, veo defectos que no se si tenemos en común o van solo con la parte de mi que representas. En fin. ¿Que harías con las riendas? ¿Te crees que es fácil guiar esto? ¿Te crees que la libertad no pesa? Desde la minoría es muy fácil criticar. Vives feliz y libre sabiendo que tus enajenaciones no tendrán repercusiones, por que estoy yo aquí para juzgar y cribar tus excesos, pero en el momento que vieses el resultado de tus actos, y que cada acción tiene una consecuencia dejarías de ser libre. No te puedo dar las riendas, porque si lo hiciese acabaría contigo, y tu probablemente conmigo.

(Se hace el silencio. Jeckyl en proceso pensante)

Para cada acción hay una reacción. Física, grado uno. Gracias por la aclaración. Tienes miedo de que perdiese mi carácter al chocar de cara con la realidad, ¿verdad? Creo que estoy mas cerca de la realidad de lo que tu jamás estarás. Tu entiendes su realidad. Yo tengo la nuestra. Y como bien sabes, no hay nada objetivo en este mundo. Tu realidad está mas contrastada. Es cierto. La mía sin embargo no. Es la nuestra propia. Pero justo por eso no esta corrompida. Sabes, que parte de tu pensamiento y tu forma de entender las cosas, ya están lavadas y masticadas por la sociedad en la que habitamos. Yo soy teórico, si, pero también soy el que se sorprende viendo las barbaries de las que este mundo es capaz. Tu ya aceptas y das por hecho cosas que se escapan a una razón mayor. Universal. A mi no me han lavado los ojos. Soy tu referencia. No me pierdas. Dame voz, y seguiré haciendo que estés loco por no estarlo.

Nadie te quiere perder. Sabes que te necesito. Pero en tu mundo, en el nuestro, solo estamos tu y yo, y sabes que eso no es así. Esos ojos de los que antes hablaba, son pocos, pero bien merecen una vida. Los tienes para lo bueno y te olvidas de ellos para lo malo. Eres el que disfrutas con esos momentos de complicidad que nos brindan. El que saborea los destellos de los silencios compartidos. El que ha querido dejarlo todo a cambio de una palabra amable. Y ahora sin embargo les vuelves la espalda por otro arrebato de soledad y misticismo. Sabes que yo también comparto esa obsesión. Lo sabes porque de mi nació el deseo, y tu de el. O no. No lo sé. Solo sé que lo has hecho tan tuyo, que ahora tengo que defender los intereses contrarios, para que no zozobremos.


Sin duda esa minoría a la que haces referencia cuando hablas de ti, tiene un tremendo peso en mi, pero hay veces que tengo que luchar contra ella. Contra ti. Tu naturaleza, tus contradicciones, serían nuestro fin. Es muy fácil ser un romántico alocado, cuando tienes a alguien que vigila tu bienestar. Contradecirte no tiene fallo. Me tienes a mi. Frío y racional. Yo. Siempre. El malo, jodiendo el pastel y dejándote de cara al rincón. Con tu locura, me has desplazado en tu contra, en un intento por restablecer el equilibrio. Me has adjudicado el papel de conservador amargado, solo para que tu puedas desvariar. Y pese a todo te quejas y pides más.Pides estar por encima.


¿Todavía no entiendes que solo así puedes existir? Fuera de mi no eres nada...