La niña de rojo...

Un violín corta el silencio,
y entre el historicismo del gris,
un abrigo rasga las pupilas.
Ojos necrosados por el horror de la historia
recuperan la sensibilidad perdida.
Una amapola entre un bosque de piedras,
abre las puertas a la esperanza.

Dulce amapola, con tus petalos de charol,
tan delicada, tan ausente, tan pura,
no mereces pertenercer a este mundo.
Carretillas cargadas de xenofobia
alimentan los nichos del horror.
Abrigada por los despojos de la barbarie
una niña con una abrigo rojo, duerme.

sobre "La lista de Schindler"

Medusas...

Carencia o exceso,
no acierto a saber
que nos diferencia.
Pero no.
Yo no soy así.
Mal que me pese,
soys más listos.
Os llenais del vacío
de la masa que conformais,
sin que os incomode
la precariedad
de vuestra existencia.
¿Lo ignorais,
o lo asumís?
No lo sé.
Conscientes o no,
con ello vivís.
Sea como sea,
no.
Yo no soy así.

Cuna de la civilización...

Anteponemos lo aprendido
a lo vivido.
Esclavos  de una cultura
de la que nos sentimos dueños,
juzgamos con toda severidad
vidas
que nunca entenderemos.
Caminos tortuosos
que no se ciñen
a nuestro codigo ético.
Corruptos.

Nos creemos profetas
de una moral suprema,
incuestionable, universal.
Cínicos, despreciamos
nuestra propia sombra.
Rechazando la imagen
que el espejo nos devuelve,
nos desentendemos
de cualquier responsabilidad.
Achacamos su fracaso
a sus raices vernáculas.
Ignominia.

Falsos librepensadores,
somos incapaces de ver
la imposición cultural
que nos rodea,
que nos domina.
Juicio crítico atrofiado.
Ciegos de pretensión
ignoramos que en nuestra mente
está ese yugo
que aplasta
todo cuanto no se le asemeja.
Necios.

En compañía...

Discutimos
bajo la lucidez del alcohol,
bajo el manto de la noche.
Posturas siempre opuestas,
pero nunca distintas.

a mi padre

Sawasdee...

Bruma distante.
Un horizonte roto por gigantes
petreos.
Espejo de jade
donde se mezclan sueños infantiles
y deseos de perversión.
Paraisos violados
por una cultura que humilla
todo lo que fue sagrado.
Últimas luces de la tarde,
Sodoma se desata.
Moralidad y principios, se entienden
como la patología
de una carencia de humanidad.
La vergüenza
da paso al desenfreno.
Inocentes caidas de ojos, se reducen
a miradas de plástico
en busca de respuesta.
Lascivia que todo lo moja.
El mercado
queda oficialmente abierto.
Nunca cierra.
Carne que fue esculpida para satisfacer,
se abre al placer.
Templos de pecado.
Poco o nada queda
de lo que fueron antaño.
Perdedores y borrachos se alzan
sobre la cima de un mundo
que nunca debería de corresponderles.
Obsesiones purpura.
Tradiciones
que naufragian,
ante el simbolo del dolar.
Veneno de occidente.
El naranja se ahoga en humo
con cada calada de los “despiertos”.
Lento caos.
Torpor de Jack Daniel´s y jazmín,
que nubla
los despuntes del ocaso.
Gomorra está al caer.