jueves, 25 de abril de 2013

Escueto...

Original. Enfermo, ciego.
Sincero, estúpido, férreo.
Entregado. Soberbio cansado.
Triste. Apaleado.
Nauseabundo, efímero.
Pesado.

Insufrible, bello agrio.
Cierto.
Pasivo agresivo.
Tartaja abandonado.
Olvidado, marginal.
Escueto.
Simplista.
Obsesivo, gutural.
Mórbido. Celoso.
Apático ingenioso.
Sofisticado. Retorcido.
Complicado, pasional.
Desmotivado. Rencoroso.
Perdido.
Herido, muerto, cojo.

Leve. Insufrible.
Pusilánime orgulloso.
Cobarde. Soñador.
Pequeño ambicioso.
Portento. Codicioso.
Dramático, inherente.
Soluble.
Loco. Demente.
Perspicaz, intransigente.
Desconfiado. Esquivo.
Perturbado. Maltratado.
Mudo, sordo.
Espléndido callado.

Apuesto.
Chulo insatisfecho.
Arrogante. Atrevido.
Necio arrepentido.
Encantado de haberme conocido...

jueves, 18 de abril de 2013

Cansino...

Chorradas existencialistas. Una tras otra. Que bien suenan cuando bebo, y que vulgares y monótonas resultáis cuando estoy sobrio. Dan ganas de contar un chiste entremedias, o hablar sobre tetas y culos para desengrasar un poco. Que cansino puedo llegar a ser.

Pero si el leerlo ya se hace pesado, imagina lo que es tener todos esos conceptos revoloteando la cabeza a todas horas. Si, es agotador el tener que lidiar perpetuamente con la desidia y el desconcierto.

martes, 16 de abril de 2013

Hermético...

 Las ventanas se entumecen. Tan oscuras, absorben la poca vida que queda en la habitación  Donde antes había una puerta ahora solo hay muros. Macizos. Férreos. Intraspasables. Los miras, pero solo alcanzas a ver tu propia realidad. Sabes que hay muchas, pero ahí dentro solo una. La tuya. Pegajosa, y acrílica. El aire esta viciado con todas tus debilidades. Sabes que fuera hay sol, pero no es para ti. Tu estás dentro. Lo que haya fuera, ya no importa.

Corrección...

A mi el dolor.
A mi la pena.
A mi
todo lo que me haga sentir.
Todo lo que me demuestre
que no estoy muerto.

Que se quiten las medias tintas.
A la mierda la indiferencia.
A la mierda el saber estar.

El agobio, los mareos, los vómitos y la sangre.
Que venga todo.
Que me maldigan, odien, y escupan.

Voy a llenar la ciudad de cerotes...

A un borracho...

Te leo. Escucho tus palabras. Como resuenan en mi cabeza. No te soporto. Lo haces fácil.  Hablas con desprecio. Pero ya no eres tú. Ese rencor que durante tanto tiempo cultivaste, desaparece, y solo veo indiferencia. Hablas por encima de todo. Tus palabras vuelan por encima de cualquier moralidad.

Tardaste sesenta años en encontrarte. En poder estar a gusto en ese escaparate. Sesenta años en los que seguías doliéndote de los azotes de tu padre. Sesenta años necesitaste, pare no esconder en el alcohol tu miserable vida. Preferiste ser un borracho odioso, a ser un viejo nostálgico, y lo que encontraste en el alcohol fueron los dos.

a Hank

Por el fin...

Me miráis con misericordia.
Como si mis palabras fueran
las de un demente.
Delirios
de una cabeza enferma.
Borracho de trascendencia.

Quien sabe...
Puede
que estéis en lo cierto.
Quizás sean las palabras de un loco.

Y es que,
cuando este mundo
se vaya a la mierda,
me encontraréis
riendo.

De poco servirá
esa buena voluntad
que os arropa por las noches.
Y aún de menos,
vuestra percepción del bien y del mal.

Desde mi rincón
disfrutaré observando,
como todos nuestros destinos
se juntan
en un mismo olvido.

domingo, 14 de abril de 2013

Cilicio...

Me puedo levantar.
Sé que puedo salir
de esta cama.
De estas costuras
que me han cosido la piel.

Si quisiera podría tirar.
Solo es carne.
Solo sería dolor.
Solo sería un momento.