Me miráis con misericordia.
Como si mis palabras fueran
las de un demente.
Delirios
de una cabeza enferma.
Borracho de trascendencia.
Quien sabe...
Puede
que estéis en lo cierto.
Quizás sean las palabras de un loco.
Y es que,
cuando este mundo
se vaya a la mierda,
me encontraréis
riendo.
De poco servirá
esa buena voluntad
que os arropa por las noches.
Y aún de menos,
vuestra percepción del bien y del mal.
Desde mi rincón
disfrutaré observando,
como todos nuestros destinos
se juntan
en un mismo olvido.
martes, 16 de abril de 2013
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