lunes, 10 de octubre de 2011

Otra vez tu...

Y donde estén tus ojos
seguiré siendo.
Los únicos que me entienden.
Los únicos donde me veo.

Visos...

Mañana, mañana...
Me he pasado una vida odiándote.
Por miedo o por recato
nunca acabas de llegar.

Siempre juegas conmigo.
Nunca para mi.

Otra ilusión...

 Algo se ha roto
y no me termino de encontrar.

Si,
aquí estoy.

Todo parece en su sitio, 
pero no se siente bien.

Suena la falta.
Agoniza el vacío.

Nanas...

Los ojos se me cierran.
Apenas logro sujetar el lápiz.
Me balanceo
en mi propio arrullo.
Levanto la vista
y tu presencia me invade.
En breves
me daré las buenas noches,
pero no del todo solo.
Aquí,
siempre somos dos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

En busca de la generación perdida...

 Leo sobre épocas pasadas y los pelos se me erizan. Los ojos se me llenan de lágrimas, y el ánimo se disuelve en el silencio. Me siento a morir. Puede que lejos de ser un sentimiento, sea una realidad de la que solo soy consciente en momentos como este. Cada día que pasa es un paso que no doy, hacía un futuro que me llama.

Al margen de la insatisfacción que muchos sentimos por la época que nos ha tocado vivir, está el resquemor y el miedo de no estar sacando lo mejor de ella. Se que según escribo estás lineas, en algún rincón se está generando una vertiente cultural, que será fuente de inspiración en un futuro. Se está haciendo historia, y yo me lo estoy perdiendo. Me mata. Me muero.

Lo busco y no encuentro. Quizás no sepa buscar. Quizás no exista. Quizás no lo merezca. Solo sé que mientras tanto intento avanzar hacía un mañana mejor. Escribiendo mi propio camino, solo. Demasiado solo. Tanto que asusta...

¿Hay alguien ahí?