Leo sobre épocas pasadas y los pelos se me erizan. Los ojos se me llenan de lágrimas, y el ánimo se disuelve en el silencio. Me siento a morir. Puede que lejos de ser un sentimiento, sea una realidad de la que solo soy consciente en momentos como este. Cada día que pasa es un paso que no doy, hacía un futuro que me llama.
Al margen de la insatisfacción que muchos sentimos por la época que nos ha tocado vivir, está el resquemor y el miedo de no estar sacando lo mejor de ella. Se que según escribo estás lineas, en algún rincón se está generando una vertiente cultural, que será fuente de inspiración en un futuro. Se está haciendo historia, y yo me lo estoy perdiendo. Me mata. Me muero.
Lo busco y no encuentro. Quizás no sepa buscar. Quizás no exista. Quizás no lo merezca. Solo sé que mientras tanto intento avanzar hacía un mañana mejor. Escribiendo mi propio camino, solo. Demasiado solo. Tanto que asusta...
¿Hay alguien ahí?
miércoles, 5 de octubre de 2011
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