viernes, 19 de marzo de 2010

La niña de rojo...

Un violín corta el silencio,
y entre el historicismo del gris,
un abrigo rasga las pupilas.
Ojos necrosados por el horror de la historia
recuperan la sensibilidad perdida.
Una amapola entre un bosque de piedras,
abre las puertas a la esperanza.

Dulce amapola, con tus petalos de charol,
tan delicada, tan ausente, tan pura,
no mereces pertenercer a este mundo.
Carretillas cargadas de xenofobia
alimentan los nichos del horror.
Abrigada por los despojos de la barbarie
una niña con una abrigo rojo, duerme.

sobre "La lista de Schindler"

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