Los días se van aconteciendo, y las ganas de plasmar mis pensamientos en el papel aumentan. Le echas la culpa a la rutina de no encontrar un buen momento para pararte a desparramar sobre todo lo que te incomoda y sobrecoge. Los días siguen pasando. Desperdicias grandes momentos de reflexión, tirado sin hacer nada, hasta que un buen día te das cuenta, de que la rutina no se ha llevado el tiempo, sino los temas sobre los que reflexionar. Estás vacío.
Se han ido los temas, pero no tus ansias por observar. Sigues inquieto por ver lo que los demás no ven, por sentir lo que los demas no sienten. Pero esa inquietud no sabe canalizarse. Miras lo que te rodea, pero tanto tiempo dejándote llevar, ha hecho que ya no sepas apreciarlo desde un punto de vista propio. Se me ha olvidado como mirar el mundo... Pero, ¿que mejor momento para redescubrirlo?
Me sigo gustando...
martes, 5 de mayo de 2009
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