Una casa antigua. La madera crepita bajo los pasos de la decadencia. Vestidos de época y de soledad.
Costuras. Muchas costuras. Ventanas que pierden el reflejo con cada gota. Pensamientos prohibidos en una época de cambio. El mundo nunca volvería a ser el mismo.
Algo queda de aquella época en las mujeres calladas. Quizás por eso me gustan. Representan una época en la que los ojos hablaban. Donde las miradas llegaban, donde las palabras no podían. La máxima expresión de sometimiento. Sentimientos reprimidos en cajitas de terciopelo.
viernes, 19 de octubre de 2012
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