Según mi hermana, de
pequeño me daban ataques de ira que hacían que dejase de respirar. Me ponía
azul hasta que lograban que arrancase a llorar. Ella siempre cuenta lo mal que
lo pasaba. Yo supongo que tampoco lo debería de pasar muy bien. En fin, algo de esa
cabezonería y mala leche siguen en mi. Hay días o momentos del día que siento
la irreparable necesidad de destrozar.
Hoy es uno de esos días.
Esos días de destrozar porque si. Porque a veces quieres acabar con todos y con
todo. Ese ansia de romper cuanto se te cruce en el camino Ese instinto de destrucción del que hablaba Schopenhouer. El hacer que todo vuelva a su estado incial de calma, através de la fuerza. Destrozar todo por que si. Incluso a uno mismo. Especialmente a uno mismo.
Que más da porqué.
Simplemente no son días para la lógica. No entiendes el mundo, y sin embargo
cuando la mente se nubla es cuando todo tiene mayor sentido. Entiendes los
fanatismos y las demás barbaridades que se hacen a diario. ¿Pero acaso ellos no
se darán cuenta que es un estado transitorio? ¿Porque salir a la calle en un
día así? ¿Como no recogerse antes de que puedas hacer algo de lo que te
arrepientas?
Si entiendes que nada dura, ¿como dejar que un estado de obcecación
transitorio, pueda influenciar tu vida y la de los que te rodean? Claro que una
vez que has hecho algo salvaje en un estado como este, la mejor salida es
quedarte en él. Atrapado en tu propia locura, intentado justificar tus actos
empañando tu foto con aún más manchas.
Ya respiro. No quiero
destruir. Solo encerrarme. Mañana seré otra vez normal.
2 comentarios:
Con faltas de ortografía pierdes parte de la destreza que tienes para escribir y expresarte
Mmmm.. Mira que yo soy quisquillosa con las faltas de ortografía, y las hay en ese texto, pero ¿tanto como para que no se le entienda? No sé quién eres, anónimo, pero me gustaría ver cómo transmites con tu ortografía impecable. Eyize
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