lunes, 22 de julio de 2013

Los malavenidos, los sádicos y los infames...

No se contra quien lucho. Es un ser sin rostro. Puede ser un individuo, la sociedad o el vaso del que bebo. A veces soy yo mismo. Por lo que hago, o lo que siento. Lucho contra lo que no tiene vida. Contra el formalismo y lo prestado. Contra lo que no tiene valores, ni percibe la belleza inherente que le rodea. Lucho contra el que sin mirar, pisa. El que deambula sin oír, ni ver, ni oler, ni sentir. Lucho contra el que lucha por el cambio, por que ya me he cansado de esperar. Lucho contra el idealista, porque persigue sueños prestados. Lucho contra el que aparta la mirada, porque prefiere no saber. Lucho contra el que desde su sillón, mira al desastre sin inmutarse. Lucho contra el que nada le toca, y contra el que dramatiza. Lucho y lucho.

Pero no estoy solo. Conmigo están los que disfrutan viendo la locura de este mundo. Me acompañan los que se saben perdedores. Los románticos, y los locos. Todos aquellos que no luchan por una fama ni un nombre. Ni siquiera por un resultado. Me gustan los que luchan sus guerras solos. Sin mas apoyo que sus propias convicciones. Las de un loco. Si. Me acompañan los locos que aceptan este mundo, sin engañarse, sin pintarlo de rosa ni edulcorarlo. Y es que no concibo esta vida sin un poco de sadismo...

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