domingo, 13 de junio de 2021

Un río para su pueblo...

Desde que tengo edad para recordar, siempre me he asociado más con las figura del perdedor que con la del que triunfa. En estas mismas páginas he hablado largo y tendido sobre la esencia del perdedor. Supongo que abrazar esa figura es un mecanismo de defensa, que te permite anticipar un posible fracaso. Sea como sea, siempre he mirado con cierto recelo la historia de los ganadores. En parte también por envidia, en parte también por creer que hay más donde aprender en el fracaso. Lo cierto es que me equivocaba. Ser un ganador es una actitud ante la vida. No se trata tanto de los resultados si no de la forma de afrontar lo que te llega. Ser un ganador es sacarle el máximo partido a cada situación. Ser un ganador es aprender a apreciar la vida.

Como siempre, tiendo a descomponer todo en pasado, presente y futuro. Es algo que hago, incluso con las cosas que no permiten ser vistas con esa perspectiva. Me gusta ver como el paso del tiempo afecta todo lo que me rodea, y en este caso es especialmente interesante, mirar estos parámetros desde los ojos de un ganador. Un ganador solo mira hacia atrás para regodearse de los buenos recuerdos o para no volver a caer en errores pasados. Tiene la capacidad de filtro de no ahondar en cosas que no se pueden cambiar. No regodearse en la nostalgia, salvo que sea para honrar a los que no están. Y de hacerlo, siempre a modo de celebración y de homenaje. 

Un ganador sabe mirar al futuro en busca de ilusión, pero sin que eso le quite tiempo de vivir en el presente, que es donde realmente saca su mayor provecho. Es su momento preferido. En el que ocurren las cosas. Donde hay que estar y cuando hay que estar. En el ahora. Y lo disfruta tanto, por que tiene la certeza de que lo que está ocurriendo es lo mejor que puede ocurrir. Que lo que está pasando es lo mejor que puede pasar. Y esa creencia la lleva hasta donde la inteligencia le permita, y solo ahí, cuando no haya más donde rascar, aprende a reírse, con la tranquilidad de saber que por su parte lo ha dado todo. No es que no pierda nunca. Es que hasta cuando pierde gana, porque lo que hace de un ganador un Ganador, es sacar de la derrota una victoria. Por actitud, por optimismo y por alegría. Así piensan los ganadores. Los que nunca pierden. Y me equivocaba al ser receloso. Me equivocaba al creerme más afín con los perdedores. Es maravilloso tener a personas así al lado. Te contagian de optimismo y te hacen ver lo maravillosa que puede ser la vida. Por momentos, te hacen ser un ganador a ti también...

A mi primo

No hay comentarios: