¿Que nos impide ser felices en cualquier momento? Aún cuando tenemos obligaciones, que nos exigen gran parte de nuestro tiempo, y no nos gustan. ¿Quien nos impide disfrutar?
Tener delante una pared negra, no significa que no haya nada más detrás. No es más feliz al que más le sonríe la vida, sino el que más sonríe a la vida. Siempre hay motivos para poder disfrutar del momento. Si los analizas bien, todos tienen algo que los hacen únicos, y especiales. Para ser felices no nos podemos refugiar en el momento que vendrá a continuación, por que entonces estaremos siempre a la espera de un momento perfecto, que no llegará. No llegara, por que no lo veremos. Pasará por delante y nosotros estaremos demasiado ocupados esperándolo, como para darnos cuenta. ¿Quien no tiene tiempo para sentarse unos minutos, cerrar los ojos, y disfrutar de una canción que le llene? Esos minutos serán perfectos. Solo hay que dejar de esperarlos, y empezar a vivirlos...
domingo, 9 de noviembre de 2008
Demasiado amor propio...
Algo falla. Sin duda, algo falla... Es complicado decirlo sin sonar demasiado prepotente, así que no intentaré camuflarlo: Me considero un partidazo. Estoy convencido de que para alguien que realmente valore lo que merece la pena, soy una persona interesantísima. Integra, consecuente, con principios, aspiraciones, inquietudes... y ...sin abuela...
Lo sé... Voy sobrado de amor propio. Tanto, que a lo mejor me impide ver que nada de lo anterior es cierto. Puede que simplemente sea un idealista, que se pasa el día divagando sobre cosas absurdas. Pero como ya he dicho, tengo demasiado amor propio, y desgraciadamente me creo que el problema está en las personas, por no saber apreciar lo que realmente importa. A lo mejor solo buscan alguien sencillo, que no se complique tanto, y que no esté en un constante conflicto interior. A lo mejor la estabilidad y el conformismo mental, premia sobre la integridad de los valores y las ambiciones. O a lo mejor mi fachada no permite ver lo que hay detrás de esa primera impresión de chulo.
Sea lo que sea, no dejo de ver como lo que se demanda son personas vacías y sin escrúpulos. No entiendo nada...
Lo sé... Voy sobrado de amor propio. Tanto, que a lo mejor me impide ver que nada de lo anterior es cierto. Puede que simplemente sea un idealista, que se pasa el día divagando sobre cosas absurdas. Pero como ya he dicho, tengo demasiado amor propio, y desgraciadamente me creo que el problema está en las personas, por no saber apreciar lo que realmente importa. A lo mejor solo buscan alguien sencillo, que no se complique tanto, y que no esté en un constante conflicto interior. A lo mejor la estabilidad y el conformismo mental, premia sobre la integridad de los valores y las ambiciones. O a lo mejor mi fachada no permite ver lo que hay detrás de esa primera impresión de chulo.
Sea lo que sea, no dejo de ver como lo que se demanda son personas vacías y sin escrúpulos. No entiendo nada...
martes, 4 de noviembre de 2008
Decisiones...
¿Quien no se ha preguntado nunca, si cambiaría alguna decisión tomada? ¿Quien no se ha preguntado que habría pasado si en vez de hacer esto, hubiese hecho aquello? Pocas personas son las que no cambiarían nada. Me ha costado, pero por fin lo he visto.
No quiero cambiar nada de lo que me ha hecho ser como soy. Gracias a esas malas decisiones tomadas, estoy hoy aquí, y soy quien soy. Todas esas “malas” decisiones, nos han formado como persona, y nos han aportado mucho más que las “buenas”. Entonces ¿Acaso hay decisiones buenas y malas?
Una gran persona me dijo una vez: “Ninguna decisión que tomes será mala; solo por el hecho de tomarla, la haces buena”. Simplemente hay distintos caminos. Cada uno con sus aspectos positivos y negativos. Los fáciles, serán agradables, pero no nos aportarán nada. Los difíciles, nos enseñaran cosas de la vida y nos ayudaran a crecer como personas. Para aprender hay que caerse, y para formarse, hay que equivocarse. Tomamos por bueno lo fácil, y solo por el hecho de ser facil, deja de ser bueno...
No quiero cambiar nada de lo que me ha hecho ser como soy. Gracias a esas malas decisiones tomadas, estoy hoy aquí, y soy quien soy. Todas esas “malas” decisiones, nos han formado como persona, y nos han aportado mucho más que las “buenas”. Entonces ¿Acaso hay decisiones buenas y malas?
Una gran persona me dijo una vez: “Ninguna decisión que tomes será mala; solo por el hecho de tomarla, la haces buena”. Simplemente hay distintos caminos. Cada uno con sus aspectos positivos y negativos. Los fáciles, serán agradables, pero no nos aportarán nada. Los difíciles, nos enseñaran cosas de la vida y nos ayudaran a crecer como personas. Para aprender hay que caerse, y para formarse, hay que equivocarse. Tomamos por bueno lo fácil, y solo por el hecho de ser facil, deja de ser bueno...
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