martes, 10 de noviembre de 2009

Mind feedback...

Recuerdo mis miedos de niño. Tenía miedo a tener miedo. Con solo cerrar los ojos, una sensación de agobio me rodeaba. No tenía miedo a nada. Solo a tener miedo. Me daba pavor. No quería pasarlo mal. No quería que el miedo me invadiese, por que sabía que una vez estuviera en mi, acamparía en mi cabeza hasta la mañana siguiente. Cerraba los ojos, y en la soledad de la noche notaba como mi mundo se petrificaba. Nada que hacer. Ya estaba en mí.

¿Donde miramos cuando cerramos los ojos? Yo miro arriba, al futuro, hacia adelante. Hoy, cierro los ojos, pero no por ello dejo de ver. Sigue habiendo obscuridad, pero ya nada se petrifica. Entre esa negrura que se crea al mirar con los ojos cerrados, distingo formas, que se difuminan, para dejar paso a nuevas insinuaciones, que me esfuerzo por identificar. La imagen que se crea en el dorso del parpado, no es más que lo que nuestro subconsciente proyecta desde el fondo de nuestra cabeza. Ultimamente me paso las noches, en este cine casero que tengo por cabeza, adivinando garabatos. Intentando desentrañar lo que mi subconsciente se esfuerza en ocultarme.

Hoy, poco ha cambiado. Ya no tengo miedo, a tener miedo, pero si, a no vivir lo que tengo que vivir. Vivo para no desvivirme por no haber vivido.

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