Mis sueños son ambiguos,
irreales.
Rozan una sencillez imposible,
abstracta.
Inabarcables,
me elevan a un mundo,
en el que cuesta respirar.
Miedo de no aguantar arriba.
Terror de estar abajo.
Vivo con la carga
de no conocer a lo que aspiro,
y aún así,
saber que me supera.
Todo es susceptible de mejora.
Me castigo.
Quiero lo que nadie esperó de mi.
Quiero demostrar que se equivocaron.
Que no solo llegué,
sino que además lo hice
por mi propio camino.
Probar que mis sueños
aún siendo infantiles,
valen más que sus mentes obtusas.
Viven de sueños prestados...
¿Quienes son ellos para juzgar?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario