¿No puedo uno esparcirse en su regodeo,
como un cerdo en sus heces? Heces. Mierda. No nos andemos con
formalismos. El mundo esta lleno. Uno de sus muchos cánceres.
Formalismos y caca. Suena tan rotundo que a uno se le quitan las
ganas de seguir escribiendo. Pero no, esto es mayor que las ganas.
Un gran poeta me dijo una vez que no
intentase explicar el porqué escribo. Que uno nunca tiene que dar
razones para hacer lo que le guste. También se que uno nunca tiene
que tomar consejos que le anulen, así que que le den, a él y a
cualquier buen consejo. Que aburrido sería el mundo si tomásemos
todos los consejos sabios y desoyésemos a las vocecitas psicópatas
que nos acompañan. No habría botellas vacías, ni sangre en las
toallas.
Pues si, con sangre o sin ella, escribo
por que lo necesito. Porque escuece el anularse. Y no escribir es
justamente eso. No hablar, y quedarse callado cuando las vocecitas gritan.
No hay que escandalizar más de lo necesario, pero al menos seguir
escandalizándose a uno mismo. Esparcirse, y volver con ello a las
heces. No hay mayor satisfacción que comer, con hambre, beber con
sed, follar con ganas, y escribir revolviéndose en tu propia mierda.
Y si eres capaz de verlo así la
inspiración es infinita. Por mucho que te repitas, la mierda siempre
huele mal, que es lo mismo que decir que sigue teniendo fuerza. Y
quien diga que la pituitaria se acostumbra que abra los pulmones y
meta la cabeza en el retrete. Quizás tras las arcadas y la
reverberación le vengan los sueños de niño. La inocencia.
Arrugas. No las mias, pero si de los
que me rodean. Arrugas y piel marchita. Si miras de cerca parece que
pudieses reconstruirla y imaginártela tersa y limpia, y luego miras a
los ojos, allá donde la piel se abre, y ves en ese brillo todo lo que han
vivido, los ojos y la piel, y las arrugas, y los recuerdos, y las
cicatrices y las maldices y las odias y las quieres y las lloras. A
todas y cada una. Una y mil veces. Porque tu propia piel, se
convierte en un pliego escrito por tu asesino. Ves su firma, en todo
cuanto tienes. Ves en él en todo lo que tienes, y todo lo que te
ha quitado.
Si, tiempo y mierda. Otra gran pareja.
Esta supera a la anterior. El binomio perfecto. Y tu en medio,
abrazado por uno y huyendo del otro, indistintamente. Y de pronto
suena una canción que todo lo trasloca, y te sumerge en la contraria.
Como el gato y el ratón. Y así es como tiene que ser. Ejes de coordenadas. Mierda X, tiempo Y.
Y yo necesito una cerveza, para
ahuyentarme del tiempo y volver a la mierda. O quizás sea para todo
lo contrario. Depende de la canción. Lo que si que sé, es que
necesito una cerveza. La ginebra me cansa y el vino me duerme. Es
como el sol, que te quema, y te entumece. Sudas y te pelas, y luego
con la sangre nueva, sale la piel, y te vuelves suave, y al final de
tus días te detectan un cancer de próstata que no termina de tener
ningún conexión con nada de lo anterior.
Faltan finales ridículos. Y principios más clásicos.
Erase una vez, un principito que mato a una princesa por tener una risa fea. Fin.
Faltan finales ridículos. Y principios más clásicos.
Erase una vez, un principito que mato a una princesa por tener una risa fea. Fin.
Pero la risa seguía, aún es sus
pesadillas, y el limpia pino con el que se enceraba la mesa nublaba
el juicio del pobre príncipe, así que dejo sus quehaceres por un
minuto y fue a la nevera a buscar un elixir de la verdad, procedente
de México, pero comprado en un puerto franco en Malasia, pero de
camino se tropezó con el pareo indio, y se abrió la cabeza contra un
escalón de madera de teca indonesia, en unas islas en Tailandia...
Maldita globalización. No hay quien cuente una historia hoy en día.
Despropósitos y despropósitos. Anestesia para el aburrimiento. Aburrimiento. El
mío. Pobre de ti. Para el tuyo esto debe ser doloroso. Como decían:
deja a 10 monos con una maquina de escribir y escribirán un nuevo Macbeth. Bueno, yo soy uno de los nueve monos que no lo logró.
Llamarme loco, o simplemente decir que
no tengo gusto, pero yo encuentro algo mágico en la incongruencia
descriptiva. No. Si estáis esperando que explique lo que acabo de
decir, perder toda fe. Como mucho os pondré es un par de ejemplos.
Incongruencia descriptiva son los viejos en miniatura que se ríen de la protagonista al final de Muholland
Drive, o ... Mejor pensado, puede que con un ejemplo baste.
...Tras
...Tras
No hay comentarios:
Publicar un comentario