Cucu. No estoy. ¿Y tu? Si lees, será que si.
Siendo o no siendo, estamos. Estás tu y estoy yo. Yo no duraré, pero tú, tú que me lees, tú que tienes mil caras, tú lector, que me inspeccionas y me juzgas, tú estás, y estarás.
Tu gusto cambiará con el tiempo, pero yo no. Yo seguiré aquí. Atrapado en este papel, esperando a que los locos se coman los unos a los otros. Yo, papel, no cambio. Y tu, lector, eres infinito.
Tú y yo. Unidos por esto. Un vinculo extraño, y siniestro que se mueve en una sola dirección. Tú me lees y la semilla se queda. Si, mas allá de las connotaciones sexuales y enfermizas que solo por leerlo algo de mi está en ti, hay una realidad. La realidad de que si me conoces y me ves, tus ojos brillarán de una forma distinta. Querrás ver en los míos ese punto de locura, que sin duda no averiguarás a saber si es fingida o real. Porque así funciona el mundo.
A la gente ahora le ha dado por hacerse los locos. Se piensan más originales y genuinos. Se piensan que así llamarán más la atención. No saben que los locos pasan desapercibidos. No buscan esa atención. Viven disfrazados entre la gente "cuerda", pensando que son estos los que no discurren con claridad. Piensan que su mundo de hilos es bastante más real que el de planos. Que los lazos entre unos y otros atraviesan esas fachadas que la gente interpone entre unas y otras, pero que esas fachadas son simples formalismos que sirven para redibujar una realidad acorde a su gusto. Una más cómoda, y más plástica. Sintética.
Una vida falsa echa a imagen de la real. Una real que poco tiene que ver con la concepción de un mundo mentalmente sano. Hipócritas. Estar loco para ellos, es el personaje que lleva un guante naranja y la cara pintada de blanco, y que se esfuerza por lamerse los codos, en la esquina mas concurrida de una ciudad. No señores no. Ese hombre es un showman. Los locos a los que me refiero no son siquiera los que se creen Roosevelt o Elvis. Incluso esos tiene una percepción común del mundo. Simplemente les gustaría ser una persona distinta de lo que les ha tocado ser, y llegan al punto de negar todo lo demás. Como diría Gila: "A mi me nacieron, yo no lo elegí". Y si me preguntas, están menos locos que la mayoría de la sociedad "normal", donde todos intentan ser la caracterización de ese modelo que la sociedad reverencia. Estos al menos han recurrido a un personaje del pasado. Y si no me crees haz la prueba. Si sueñas con ser Espartaco estas loco, pero si lo haces con Brad Pitt eres el prototipo de individuo común con falta de autoestima.
Miren a sus conciudadanos en el tren. Aquel que pasa más desapercibido, aquel en el que no se paran a mirar. Ese es el loco. Ese es el que nunca entenderán, porque su cabeza no piensa como la suya. Su cabeza está dada la vuelta, y les es más sencillo jugar al juego de aparentar ser normal, que el entender que hay detrás de la mentalidad del resto del mundo. No entienden que es lo que les mueve a la sociedad a ser así de obtusa. Son fascinantes. Tanto los unos como los otros. Sobre todo si los juntas. Nadie conoce a nadie. Y todos se juzgan y se atraen y se odian y se generan lazos que son los hilos que desde fuera se ven, y desde dentro te atan.
Un hilo. Eso es lo que te ofrezco aquí. Un hilo que me une a ti. Que te une a ti conmigo. Juntos. Un hilo que tu has decidido enriquecer al empecer a leer esto. Un hilo que hará que no puedas verme igual. Un hilo que te puede incomodar, o atraer. Pero que quieras o no, consciente o no ya sujetas con tu mano. De ti depende, si lo quieres soltar o quieres tirar, o simplemente, como la mayoría, dejarlo estar. Opción, a mi modo, bastante aburrida.
Yo personalmente experimento con mis hilos. Eso es lo que hago. Juego con ellos, tiro y pruebo. Intento ver cual es el límite de cada uno de ellos. Algunos se rompen, pero eso le pasa hasta al mas virguero titiritero. Si no se rompen nunca sabríamos los limites. Es un juego apasionante.
Os lo recomiendo. Es un pasatiempo admirable. Mi preferido. Solo tienes que ver los hilos, aprender a mirarlos. Búscalos, porque están ahi. Simplemente alarga la mano y siéntelo. Observa como tiembla tu mundo cuando tiras de cada uno de ellos. Y mira las reacciones de las personas a las que te unen.
Si no lo encuentras es que no sabes lo que son. Te lo explicare de otra manera. Entre tu y cada persona con la que interactuas existe un hilo. Un hilo que os une y os afecta. Cada cosa que hagas influirá en ella. Causará una reacción. Depende de lo que hagas con él, ese hilo se fortalecerá, se romperá o se olvidará.
Aquí, aquí tienes un hilo, el mio. Tira, prueba, experimenta. No hay nada que perder, salvo obsesionarte, y que se te vaya la vida en ello. Pero, ¿acaso tienes algo mejor que hacer?
Que te diviertas...
jueves, 20 de marzo de 2014
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1 comentario:
Algunas no tienen nada mejor que hacer que obsesionarse con tu hilo...
¡Mucha suerte!
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