martes, 22 de julio de 2014

Adusto...

Necio el corazón apuesto
que no se duele. 
Pobre,
el que nunca ha perdido, 
pues no conoce lo que es amar.

Retratos...

No te duelas más.
La condescendencia no te favorece.
Su tiempo ya pasó.
Además, es tarde.
El frío se traga a la noche,
y yo, joven Dorian, cuento mis pecados.

Sal de esa cueva, y lleva contigo al más déspota de tus yos. Esé que disfrutaba desnudando las virtudes de los inocentes, y haciendo sangre de las ilusiones más pueriles. Ese al que divinizaste, antes de que el sentimiento revanchista lo consumiera.

Deja que la noche te coja de la mano,
y te lleve,
a los campos de batalla donde cayeron tus héroes de la infancia,
y a las letrinas donde viven los que aún quedan.
Ya no hay un Harry que te provoque,
ni un lado oscuro que te seduzca.

Los viviste. Los viviste todos. Probaste la tentación en cada una de sus formas, perdiendo más virtudes de las que ganabas. Una a una, también se perdieron las razones que justificaban el exilio, hasta que solo quedo una que te espolease. La misma que ahora esperas que te calme. Esa mentira vieja que te susurra, "era algo que tenías que vivir". Si. Esa mentira eterna, de la que has hecho tu mejor escudo. Tu amiga y compañera, que metes cada noche contigo en la cama para poder dormir.

"No sabría como explicártelo... Dejame  exponerlo asi: Digamos, que en alguna lugar, hay un retrato de ti haciéndose cada día más hermoso..." 
S. G.

domingo, 20 de julio de 2014

Teerenpeli...

Sentir. ¿Acaso no era eso lo que querías? Pues aquí lo tienes. Todo para ti. Cada escalofrió y cada sollozo. Las tripas fuera y el corazón también.

Respira esa miseria.
En cada aliento.
En cada bocanada.

Siente como se inundan los pulmones
de la más auténtica nada.
Regodéate en ella.
Por fin la tienes.
Toda tuya.
Toda nada.

Hoy y mañana.
Pasado, y al otro.

Acostúmbrate. Ha venido para quedarse. Pero no estés triste. Sonríe desgraciado sonríe. ¿Acaso no era esto lo que querías?

jueves, 10 de julio de 2014

Atardeceres lentos...

Languidece el ruiseñor,
y se afea el canto.
Ya no hay besos que callan,
ni polisón de nardos.
Los poemas no suscitan
a los atardeceres lentos.
La ciudad se imbuye
en un sueño eterno.

El musgo crece en los parpados.
Los pájaros anidan dentro.
Se busca un verso limpio
para despertar al genio.
Una palabra amable.
Un silencio viejo.
Cualquier excusa es buena
para despertar al sueño.