lunes, 29 de enero de 2024
Ha ha.... Como venía diciendo: "I´m back, bitches..."
Listo para poder seguir gritándole a las nubes y maldiciendo al viento. Listo para soltar verborreas insufribles desde mi propio ombligo. Algo bueno tenía que tener el ser tu propio público. Propio y único. Una mezcla bastante exclusiva si lo piensas. Pero si, intentaré hacer de este espacio un pequeño refugio, al más puro estilo RAE, donde pueda limpiarme de la mierda del día a día, fijar reflexiones y perogrulladas... y sobre el esplendor... intentaré no usar almóndigas ni setiembre, por muy admitidas que estén...
No sé si por al halo de sabiduría que desprenden mis palabras, ya habréis podido percibir, que soy oficialmente un doctorando....
jueves, 25 de enero de 2024
Propósitos tardíos...
Mejor o peor. Publicado o en la sombra. Cursi o retorcido... Sea como sea, algo tiene que salir de este puto hastío.
No más pasatiempos de mierda. No más tanques. No más circo para Ian. Si voy a ser mediocre, que al menos que sea haciendo algo que disfruto.
A Dios pongo por testigo que volveré a escribir...
...con todo lo que conlleva.
Bottoms up...
Mezcal o el como asumir la soledad
miércoles, 28 de junio de 2023
The lesser of two evils...
Una línea apenas perceptible separa mis recuerdos de mis realidades. Disoluta y caprichosa, juega con el ánimo de una mente atormentada. Intangible, la mayor parte del tiempo mezclo pasado con futuro. Un vaivén insoportable para los alfileres que sostienen mi cordura.
Lo quiero todo. Lo pasado, lo futuro, lo imposible y lo finito. Me despierto con la calidez de caricias que nunca volverán, y con la seguridad de que los que se fueron aún están ahí. Cada mañana, una nueva realidad, me depara un nuevo revés. Otra vida que se escapa.
Decisiones que tenían que tomarse, me perseguirán hasta que me muera. Todo era una trampa. No había una buena. Y si entras a valorar las diferencias, estás perdido. Más si cabe. Y los días se acumulan en un remolino de percepciones, donde la única realidad es tu propia demencia.
Solo cabe mirar al frente, e intentar no cegarnos con lo que perdemos a cada paso...
martes, 14 de diciembre de 2021
Bueno para nada...
Bueno para nada. Y de regalo un "malo en muchas cosas". "Gracias". Lo podría intentar explicar, pero creo que ni eso se me daría bien. Uno piensa que la experiencia sumada debería ser un grado, y seguramente lo sea, pero todavía sigo buscando en qué. ¿En la vida? Si me van a dar una chapa por participar, mejor darme dos, por si la pierdo.
Cada día llevo peor el beber, no por las resacas, si no por la lentitud adherida. Quizás siempre estuvo ahí, pero no me daba cuenta. Quizás antes tenía donde despilfarrar. Ahora me cuesta. Cada nombre. Cada fecha. Cada copa... Pesa. Pesa todo lo bebido, pero no lo suficiente como para no recordar lo que fui... Y eso jode.
Supongo que podría beber por ello, pero lo cierto es que ya no tiene sentido. Antes al menos escribía bien. O al menos eso creo. Escribía honesto, y ahora... Lo pienso todo demasiado. Quizás antes también, pero desde luego iba más rápido.
El tiempo pesa. y la paciencia amodorra. A cierta edad todo deja de fluir como antaño. ¿Ahora hago referencias sexuales? Por lo visto si. No sé si estoy preparado para hablar de esto, pero, si mis dos neuronas rampantes están haciendo estragos por contarme algo ¿quién soy yo para impedir que se explayen?
-¿Qué pasa chicos? ¿Qué queréis decirme?¿Qué Tom se cayó en el abrevadero?
No. No seamos una galería del destape, hablando de todos los temas tabú, a sabiendas de que no nos leen.
Hablemos de la sin razón. De ser bueno en nada, solo para darte cuenta de que estabas mejor calladito. Que si me hubiesen dejado un yoyó, quizás habría hecho algo más grande en la vida. Pero no. Tampoco es eso. No hace falta exagerar, porque al final voy a salir en mi propia defensa y hacer un "speach" sórdido y triste de que al menos lo intenté. Prefiero quedarme con el yoyó. Tiene un punto más nostálgico. De hecho no se me ocurre nada más deprimente. Imaginároslo:
-Con ustedes, un joven de 36 años y su yoyó. Pasen y vean - Y ahí, detrás de la cortinilla roja, un señor de edad avanzada (sabe dios lo que significa eso), con unos pantalones de una talla menos, que acentúan aún más los michelines que se entrevén bajo una camiseta de distinto matiz de negro, hace lo que puede con su yoyó. La gente le mira estupefacta mientras él, con más arte que gracia, deja ver lo mejor de si mismo.
-Que lástima -dice uno.
-Pues no está tan mal - repara una señora. E Ian, sin perder concentración, sigue ahí, dándolo todo con su yoyó...