viernes, 17 de octubre de 2008

Buenos dias...

Te despiertas, pero mantienes los ojos cerrados. Aún sin abrirlos, orientas tu cabeza hacia la luz que entra en tu cuarto. Estás despierto, pero sigues soñando. Soñando...

Entreabres los ojos, y todo se vuelve blanco por un segundo. La luz llega a tu cabeza y como una tromba de agua, se lleva todos tus pensamientos, dejándote la mente vacía. Es un punto de inflexión, donde los sueños dejan paso a la realidad. El peso del mundo cae de golpe, oprimiéndote el pecho, mientras te susurra al oído, un “buenos días...”

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