Tu esencia
todavía me rodea.
Mis labios
aún saben a tus labios.
Mis sabanas,
la huella
de una noche sin fin.
Te sigo viendo
en el vacío de mi cama,
mirandome.
Gozando.
Aún
cuando no estás,
rompes mi calma
escondes mi juicio.
Solo la idea de fundirte
de nuevo entre mis brazos
apacigua mi sed.
Incompleto,
lleno las horas que nos separan
de naderias.
Pero llegado el momento,
los abrazos agravian mis ansias
y los besos
nublan mi mente.
Tengo que hacerte mía,
Hasta que mis ojos
mueran
en tus ojos,
más allá del ocaso.
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