Recuerdos, teñidos
del blanco más frío.
Olores,
que impregnan detalles
con simbolismo.
Vainilla y bicicletas.
Todo se aglomera
remontándome a un pasado
adulterado por el tiempo.
Agriando
los momentos más dulces
y desvirtuando los amargos,
mis recuerdos,
tal y como los viví,
se desvanecen en mi cabeza.
En su lugar,
una estampa homogénea
pierde nitidez
mientras gana sentimiento...
lunes, 1 de noviembre de 2010
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