Palabras
que una vez envenenaron el ánimo,
se pudren ahora
en un rincón de la memoria.
Recuerdos empañados por la lluvia,
se esconden
en los pliegues que afloran
cuando nos quedamos solos.
Todo puede ser
objeto de interpretación.
Todo, salvo los sentimientos
que una vez vivimos.
Tan puros,
tan nuestros.
No hay perspectiva que justifique
el dolor que nunca se fue.
No hay razones que expliquen
una herida que nunca cerró.
Ya no hay cabida para la lógica.
En las espinas
que el tiempo enquistó,
solo queda dolor.
Déjalas.
No las toques ya.
Si.
Vivo con ellas.
Pero nunca dejaron de doler.
Déjalas, te digo...
Somos el resultado
de los sentimientos vividos.
Sobran las excusas...
domingo, 9 de enero de 2011
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1 comentario:
Solo una palabra hace falta para describir esto, INCREIBLE.
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