domingo, 19 de octubre de 2014

L´enfant terrible...

Un dios o algo parecido. Anubis bendecido con una cara menos perruna. Me pregunto si el mañana es solo un referente para los mortales. Ese castigo de saber que tienes una necesidad incipiente de hacer algo en este mundo. De que se te agotan los días. Quien sabe... De no existir el concepto de mañana, puede que fuese aún más vago. O quizás me librase del torpor que acarrea la intrascendencia.

No sé en que momento decidí ser bueno cuando soy mucho mejor siendo malo. Mi moral es escasa, pero la tragedia es que aún arrastro la conciencia de tiempos pasados. Una auténtica lástima. Podría ser tan feliz campando a mis anchas y creando el caos allí donde veo desasosiego. Pese a todo lo intento.

Perdonar mis modales. Aún no me he presentando. Aquí estoy ante ustedes: Me llaman egoísta. Y dios me libre si no lo soy, pero creo que mi rol es mucho más generoso que el de todas las almas puras juntas. Si. Señalarme y apuntarme. Soy yo. El demonio que vive bajo vuestros mismo valores, sin creer en ninguno de ellos. El que pisaría cabezas de niños, y daría el golpe de gracia al ya esquilmado. Siempre tiene que haber una figura malvada que levante el temor de los niños. Un hombre del saco moderno. Alguien con un final terrible para escribir moralejas y adoctrinar a la sociedad.

-Mama, ¿verdad que ese hombre era muy malo?
-Si cariño. Por eso acabo así.

Pero no me odiéis sin antes escucharme. Concederme el beneficio de la duda. Y no es que no lo haya intentado. De verás que lo he hecho. Pero es tan terriblemente aburrido jugar a ser uno de vosotros, que corre el riesgo de olvidarse de que está vivo.

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