Soy bichero de sabiduría.
Me impregno
del conocimiento que da la vida.
Respiro arte. Magia.
Poesía.
Malvivo, y me arrastro
sobre nichos de vulgaridad,
buscando
dentelladas de cultura, que hacer mias.
La ruina es mi musa,
y la decadencia mi alegría.
Bajo la lucidez de la ginebra
comparto mi visión
de esta gran ironía.
Vida.
Sopa de esperanzas y decepciones.
Melancolia.
Belleza en los cuatro costados,
me embeleso con los efluvios del alcohol.
Romántico por naturaleza
batallo en una época que no es la mía.
Dueño y verdugo de mi propia libertad,
me encadeno a mis convicciones y prejuicios.
El cielo quedó ya, muy arriba.
Desde el acantilado de la soledad
cambio el mundo a mi antojo,
para volver a condenarlo con mi indiferencia,
al dejar escapar, de nuevo,
otro día...
martes, 6 de abril de 2010
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