sábado, 24 de abril de 2010

Quimera...

Inconsecuencia en cada acto.
Manos inseguras,
buscan acierto en el papel.
Apenas me reconozco,
seco de arcilla.
No quedan pensamientos.
Me hundo en la derrota.
Huelo a miedo.
Apesto.
Mis ojos, ignoran mis súplicas.
No hay lágrimas. Solo ceniza.
Pensamientos huyen despavoridos,
como ratas
en un inminente pecio.
Mi cabeza no es ya lugar seguro.
Para nadie.
Se está librando una guerra
en su interior.
Valores que reinaban
bajo los limites de la lógica,
son ajusticiados, por sombras.
Yo mismo los condené,
levantando palacios
sobre la misma arcilla
que ahora no cuaja.

Sueños imposibles,
alimentaron a la bestia.
La hice tan fuerte...
Por unos instantes fui eterno.
Volé tan alto...

Es una guerra perdida.
Lucho contra lo mejor de mi.

Ojalá llueva pronto...

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