"Regresa a ti mismo y mira; si aún no te ves bello, haz como el escultor de una estatua que debe llegar a ser hermosa: quita raspa, pule y limpia hasta que hagas aparecer un bello rostro en la estatua. También debes retirar todo lo superfluo, enderezar todo lo tortuoso, limpiar todo lo oscuro. Abrillántala y no ceses de esculpir tu propia estatua hasta que aparezca en ti el divino esplendor de la virtud, hasta que veas la sabiduría en pie sobre su sagrado pedestal..."
Plotino (sIIIddc)
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