Voy y vuelvo.
Cambio de parecer catorce veces al día. Las catorce horas que estoy despierto. Las catorce horas que no engaño al sueño.
Voy y vuelvo, y no me muevo.
El roce con la cama se hace ya insoportable, y la casa apesta a vacío.
Voy y vuelvo y vuelvo a venir, pero nada me saca de este estado de tránsito.
Voy y vuelvo.
Me debato entre negarme o perderte. Entre vivir o recordar. Entre echar de menos todo, o solo a ti.
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