miércoles, 14 de abril de 2010

Vértigo

Tiempo. Viejo despota.
Como Saturno devorando a sus hijos, tú
me arrojas al abismo.
Muro implacable, que me empuja a mi final.
Cada día más cerca del borde,
puedo ver ya
el fondo.
El fin
de toda vida
tal y como debe ser concebida.

La muerte del inconformismo,
de la rebeldía,
de la mente despierta,
de todo por lo que luchar.
Pequeñas nubes,
libianas y etéreas,
son lo único que me separa
de esa fatalidad.
Las llaman opciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

increible Vila

Opciones...maravillosos regalos que te da la vida...

increible

Ian Vila dijo...

Gracias, anónimo.

Anónimo dijo...

a ti por estar ahí ;)