Con tu permiso,
tiraré
uno por uno
tus cimientos,
hasta que un día
te despiertes en mis sombras,
donde tus ojos
solo alcanzarán a ver
el vacío
en el que habito,
y seas ya
por siempre mía...
Al igual que un hombre se estremece de horror al pisar una serpiente, y se rie cuando mira al suelo, al ver que es una cuerda; yo descubrí un día, que a lo que llamaba "yo" no se puede encontrar, y ese miedo y esa ansiedad, desaparecieron junto con mi error...
1 comentario:
Joven bivocálico, estás hecho un romántico. Me gusta leerte joven, esa Ginebra te va sentando mejor :)
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