jueves, 19 de febrero de 2015

Fractales...

Hace tiempo de los sueños de naftalina. Los de ahora son bajos. Quizás ya no queden unicornios que matar. Quizás nunca los hubo. Pero no dejamos de ser esclavos de nuestros recuerdos. Incluso de aquellos que fueron fútiles y vanos.

No hay mejor amor que el pasado. Y es que ¿Que se puede esperar de el futuro?

Más, de esta despiadada curva descendente. Aunque poco falta para entrar en esa linea asintótica. Esa que parece estable pero poco a poco merma eso que aún te mantiene en pie, mientras tiendes a cero. Y es que hay una infinitud antes de llegar a eso. Indeterminaciones en cada destello. Y yo sigo en un vertiginoso picado fractal. Para eso sirven las matemáticas, para saber estimar la mierda que se te viene encima, y la que dejas detrás.

-Soy un corredor de distancias cortas. Enseguida pierdo fuelle- dijo el. Y yo abrí los ojos.

Una vez más la falta de perseverancia se hacia patente, pero no dejaba de ser relajador que alguien que produjese tanta afección en mi, la sintiese también.

-Así es la vida.
-¿Como?
-No lo se,  pero tiene que ser algo como esto. Esa estupidez inherente en el genero humano mezclado con ese orgullo que solo los necios tienen. Esa matriz donde cada uno dejamos de ser un número que pese a importar poco, cambia el resultado.

Sigue siendo un sueño bonito el decir que influyes en algo. Tu existencia pesa. Tu existes por un motivo. Repítete estas frase a ver si te las crees. Yo por mucho que lo intento no puedo.

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