No hay sitio en ella. No hay sitio sin ella. Es despótica. Margina y machaca a todos los que no la comparten. Como un estigma imborrable, te desprecian si no haces gala de ella.
La felicidad somete y tortura a las que no viven en ella. Como una religión única, no tiene principio ni final. Solo existe ella, y los que viven en su delirio.
lunes, 12 de septiembre de 2016
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