Mariposas de invierno, y elegancia matutina.
Un frío insuficiente, y una luz clamorosa.
Aleteos de algo que se muere.
Agonía blanca.
Muy blanca.
Porcelana.
Todo se seca y se muere.
El ímpetu es de los primeros en caer.
Le siguen los racionales
mientras los inconsecuentes gozan
hasta el final.
Un mundo perfecto,
en su justa medida.
A su manera.
Hay ateos que rezan por la lluvia
y sabios que no quieren aprender.
Sería precioso si hubiese nieve,
pero no la hay.
Tendré que conformarme con este final.
lunes, 12 de septiembre de 2016
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