jueves, 23 de noviembre de 2017

Yann Tiersen

Borracho, inconsecuente. Fantástico, intrascendente. La belleza, muchas veces se esconde en banalidades.

Toda una vida buscando una trascendencia imposible, solo para entender que la grandeza va de la mano de lo efímero. Casi chabacano. Lo mismo vale lo inesperado que lo repetitivo.  No hay un solo camino. No hay una sola verdad, pero solo un único sentimiento de plenitud. Y para los que lo perseguimos, se vuelve la peor de las drogas.

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