Vives en mi.
Orgulloso, te muestro
pues solo tú
estuviste a la altura.
Me hiciste quien soy.
Me explicaste
que estamos solos
en la inmensidad de cada día.
Me enseñaste a vivir
con y para mi.
Contigo comprendí
que la bondad no existe.
Que es la conciencia,
la que nos corroe sino la complacemos.
Somos esclavos de nuestra moralidad,
y más allá, solo hay
simple y llana indiferencia.
¿Que si soy egoista?
Con orgullo, asiento.
Mis palabras pesan. Mis palabras duelen. Caen como las verdades que son. Habrá quienes me miren y se compadezcan. Santos, que piensan que sus actos, están lejos de cualquier retribución... Necios. Dais, por la autocomplacencia que ello os produce. Dais, por sentiros bien con vosotros mismos. Si por ello os creis altruistas, soy yo quien os compadece. Hedonistas pretenciosos.
jueves, 20 de mayo de 2010
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5 comentarios:
Que razón tuvo quien te mostró la realidad, no existe bondad alguna, y las pocas mentes que nos retorcemos por conocer el mundo tal y como es vivimos herméticos al exterior.
Nuestra hermeticidad nos proteje de esta contaminada sociedad.
El egoísmo como fruto de nuestra felicidad...
y de ahí lo siguiente...
...que lejos está
Muy bien joven, tus versos trasmiten más que muchos gestos humanos.
keep on!
Discúlpame, lo primero: el verso no es lo mío. De momento, la prosa me sirve para expresarme, si bien debo admitir que admiro profundamente a aquéllos que logran con unos versos transmitir una vida (y admiro aún más a los músicos que lo logran sin siquiera palabras). Tampoco escribo con esos vocablos tan grandes, rotundos y sonoros, que tanto "pesan". Soy más de Machado que de Juan Ramón Jiménez, de Quevedo que de Góngora. Ya me entiendes.
Escribo por alusiones, como en el Parlamento. Santos, necios, autocomplacientes, hedonistas (esta última palabra ¿la has buscado en el diccionario?)... Ilusos.
Bueno, gracias por "las verdades". No es muy propio de un egoísta como tú el dedicar parte de su tiempo a compartir con otros LA VERDAD absoluta que has descubierto. Queda pretencioso, cuando menos. ¿Acaso buscas el reconocimiento? Pero si los demás no te importan; sólo tú. (Perdona el sarcasmo. Ya me dijeron en un curso de comunicación, fíjate qué curioso, que pertenezco a un grupo de personas a las que, cuando nos "hacen cosquillas" nuestra reacción es el sarcasmo. Otros gritan.)
Pero me estoy alejando: LA VERDAD. Has sido elegido por los hados. Ellos te han arrancado de los ojos la venda que los demás, necios e ilusos, llevamos puesta. Los demás, a los que sí que nos duelen las lágrimas ajenas, y sí nos alegran las sonrisas. No, tú has sido iluminado. En tu larga vida (perdón, perdón, sarcasmo) has comprendido que tú conoces la verdad y los demás nos equivocamos cuando disfrutamos de la familia y los amigos. ¡Qué miedo me dan los iluminados! ¿No te has parado a pensar que esas cosas que tú dices los demás hemos podido pensarlas antes que tú? Yo, concretamente, con quince años, le dije un día a mi padre cuando me llamó egoísta, que todos lo somos, porque incluso el que daría su vida por otra persona lo haría porque no soportaría vivir sin esa otra persona. Y él me contestó que, precisamente, el que lo que te haga feliz sea la felicidad de los demás es lo que te convierte en generoso. Todos buscamos la felicidad. No hay nada nuevo. Pero, ¿por qué quién que de adolescente pensaba como tú puede alejarse de la verdad de ese modo y buscar la felicidad en su familia, en los amigos, en los demás? ¿No te extraña? Imagino que no. A veces el exceso de ego nos impide mirar otras realidades o tomar distancia para observarnos. ¿Qué puede hacer a los seres humanos querer amar a otros más que a uno mismo? Es absurdo. El amor propio siempre es correspondido y nunca tiene que sufrir una pérdida. Necesariamente tenemos que ser necios. Y sin embargo, hemos pensado como tú en nuestra adolescencia. Nos hemos creído más profundos y mejores que los demás. Y sin embargo... ¿Eres más feliz ahora que de niño? No hablo de si disfrutas más de los placeres, sino de si eres más feliz. Porque yo descubrí que no. Y descubrí que precisamente por eso no soy mejor que los demás. Mientras los demás buscaban la felicidad, yo buscaba la desdicha, porque así, solitaria y alejada del mundanal ruido, me sentía más pura que el resto. Como debes de sentirte tú. […]
[…]
Pero un día descubres la vida. El amor propio puede producir placer, pero no felicidad. La felicidad sólo podemos conseguirla compartida. Es cierto que si amamos corremos muchos riesgos, y sufriremos mucho, (los necios sufrimos sobremanera). Pero también somos mucho más felices. Y estamos vivos. Las pérdidas nos destrozan, pero a la vez nos recuerdan cuánto debemos disfrutar de los que aún siguen con nosotros. No necesitamos grandes cosas, sólo estar juntos. Porque, se me antoja, que la muerte debe ser muy solitaria. Y porque no sabemos si un día con alguien a quien queremos va a ser el último. Y es esa posibilidad de perderlo todo lo que nos hace disfrutarlo más y ser felices. Sin ella, sólo cabe el placer.
Temo, pequeño sabio, que más que la receta del Universo, vives una adolescencia tardía. Eso espero, porque, de lo contrario, eres un sociópata y te pierdes la mitad de la vida.
No pretendo convencerte. Yo no conozco la VERDAD, ¡Dios me libre! Tan sólo me gustaría hacerte pensar unos minutos y que la próxima vez que hables de la verdad, hables de ella en minúscula. Porque, ya lo sabes, iluminados sabedores de la VERDAD, si encima son inteligentes y no les importan las personas... bueno, ya ha habido bastantes en la historia.
En otro orden de cosas, me encanta cómo escribes. (Aunque, hasta hoy, yo creía que los poetas sólo eran personas que sentían las cosas más que los demás, no que no sentían para nada.) Me has hecho dejarlo todo esta tarde por escribir. Y hacía mucho mucho mucho tiempo que no escribía.
No firmo, sabes quién soy.
Por cierto, hedonistas son los que sólo buscan el placer. Todo lo contrario a los que se sacrifican para ser felices.
verdad es lo que sientes puesto, que tenemos sentimientos parecidos pero me ha parecido tan bonito y sincero que me molesto en contestarte, eres un mago y lo sabes.....
Un saludo; a veces y digo solo a veces el agua corre por mis mejillas leyéndote.....
Te admiro por ser como eres.
S.A.
Tus palabras siempre me estimulan. Gracias.
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