lunes, 24 de mayo de 2010

Diluvio...

Llenas el vacío
que mora entre mis brazos.
Estrellas tus lágrimas
contra el fondo de mi ser.
Cada gota es un castigo,
que acusa mi apatía.
Avergonzado y mudo
no puedo corresponderte.
La angustia se ceba
de mi adusto mal estar.
Olvidé como llorar.

Veneno
que no puede salir,
envicia mis entrañas.
Quiero romperme en un sollozo.
Derrumbarme cual charco
y limpiar así, mi tormento,
pero mis ojos, ajenos a todo
siguen secos.
Olvidé como llorar...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

corazón de titanio?
o hermeticidad sentimental?

Ian Vila dijo...

Corazón podrido...

Anónimo dijo...

una auténtica pena la verdad...

Ana Mombiedro dijo...
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