Hermitage...

Paraiso
donde todavía
se entiende la vida.
Santuario que alberga
la expresión que da sentido al hombre.
Rescatadas
de lo que antaño fueron cimas de la creación
 -cuando el gusto era un placer
 y el Arte un lujo
 bien apreciado por unos pocos-
brillan majestuosas.
Gestos atrapados en marmol,
miradas
selladas en lienzo.
Salones donde mecenas
hiceron de la belleza, un máximo.
Escondites
que dan sentido a años de evolución,
muestran la grandeza de nuestros origenes.
Antes de que la Igualdad
aplastara los derechos del Arte.

Tesoros
que nada comparten con ese espacio político,
que hoy es la cultura.
Arte violado.
Masticado y escupido,
para facilitar la digestión
de mentes podridas.